No
sabemos si los asesinos nacionalistas vascos en libertad son tan pocos que
caben en un microbus, y ahora “sin conductor”, pero nos cabe la menor duda de que la última
actuación policial, el martes de esta misma semana en Saint Étienne de Baigorri, contra los dos jefes
etarras que quedaban al frente de la banda puede ser, o definitiva, o
determinante para el final de la banda.
Nos congratulamos especialmente que el nombre de la operación organizada
por la Guardia Civil haya sido el del primer agente del Cuerpo asesinado por la
banda, por el criminal Arechavaleta; el joven Guardia Civil José Pardines Arday
fue asesinado el 7 de junio de 1968, cobardemente, por la espalda, y rematado en el suelo por el primer
asesino etarra; un relato veraz del momento lo tienen en El Correo pinchando aquí encima.
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