Estos del P.P. vasco están un poco despistados en
la cuestión de la gestión de los tiempos en política: la noticia que les ponemos
se publicó en la edición digital de El Correo el 28 de julio (pinchar aquí encima para enlazar), y en la edición impresa
el 29, es decir, la víspera de la gran diáspora vizcaína por las vacaciones de
agosto (en Vizcaya el 31 de julio, San Ignacio, es festivo); así que tó er mundo estaba preparando las maletas,
ultimando los detalles de su salida vacacional a muchos cientos de kms. de nuestra provincia … y, estando en esas, el P.P. anunció un escandalazo sobre el gran dispendio de dinero público de las administraciones vascas
concernidas (Gobierno de Vitoria y Diputación de Vizcaya) en favor del
exlenjedackary Ardanza y de su hijita … es decir, además de corrupción, nepotismo.
La noticia tenía su miga, pero el P.P. vizcaíno debió darse cuenta de que se olvidaría (quien hubiera llegado a leerla) de forma inmediata, con
los primeros efluvios de una bebida espirituosa en el primer día de vacaciones
… y luego había un mes más de tiempo por delante (hasta el comienzo del nuevo
curso político) para amortizar definitivamente el asunto.
Nosotros, en nuestra pequeña medida, recordamos el
caso hoy, ya a primeros de septiembre, para que se retome por la prensa (¿?) y por
la ciudadanía, para que la opinión pública vaya tomando conciencia de la
desvergüenza de la gente que nos gobierna a los españoles, también a los que
residimos en las Vascongadas.
¿Quién dijo que en Vascongadas no había corrupción?.
Sí la hay, y además en cantidades industriales … seguramente es tan abundante
como en la Cataluña de Jordi Pujol (y de la Ferrusola, y de la saga de los
vástagos de su amplísima familia numerosa), esperemos no tener que esperar un cuarto de siglo para enterarnos con detalle.
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