Hace
unos días estuvimos a punto de vivir una auténtica pesadilla: un yihadista
armado con un AK-47 (llevaba 9 cargadores), una pistola y un cúter estuvo a
punto de organizar una carnicería en el tren Amsterdam-Paris.
La
reacción la encabezaron dos soldados norteamericanos de permiso y un amigo estudiante
universitario (todos entre 22 y 23 años) fueron enseguida secundados por algunos
otros pasajeros, entre ellos singularmente un pasajero inglés de 62 años: el
resultado es que evitaron una auténtica masacre.
El
alcalde de la localidad francesa más cercana (Arras) les condecoró en cuestión
de minutos y unos días después, el lunes 24 de agosto, el presidente de Francia
les hizo Caballeros de la Legión de Honor (en la foto), que es la máxima distinción francesa.
El asesino frustrado había vivido 7 años en España, donde parece que
esta gentuza tiene una buena cantera; conclusión: preparémonos para lo peor, y cuando
llegue el momento a ver si entre los españoles surgen héroes ciudadanos como
los que intervinieron en el tren Amsterdam-Paris.
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