" ¿Se puede ser un líder y carecer de personalidad?
Creo que de la respuesta a esta cuestión saldrá la clave para entender no sólo una personalidad tan fascinante como la de Zp, sino la sustancia de la que está hecho el populismo de los españolitos.
Zp se muere por gustar, es el típico tío que detecta automáticamente la forma más fácil para ser aceptado, si hay que patearle la cabeza a un negro porque en ese momento nuestro Zp quiere hacerse colegui de unos neonazis, no problem, ¿Quiere esto decir que Zp sea una mala persona? Para nada, porque si Zp estuviera de campamento con la madre Teresa sería el más humanitario salva leprosos. ¿Quiere esto decir que Zp sea una buena persona? Tampoco. Lo único que quiere decir es que Zp no es. Carece de criterio, ni bueno ni malo.
Zp simplemente asume como propia la actitud dominante que detecta en cada momento. Esta y no otra es su genial virtud. Zp configura lo que se conoce como un líder patológico. Al revés que los otros líderes, no es capaz de arrastrar a los demás según ningún principio y mucho menos según unos principios democráticos. Es incapaz de fijar ningún rumbo porque carece de brújula moral alguna. Esta es su ventaja, no es su criterio lo que le convierte en un líder, sino su falta de. Como carece absolutamente de criterio tiene una especial sensibilidad que le permite detectar la opinión ambiental y anticiparse. Su criterio son los demás.
No confundir liderazgo con personalidad. Diversos estudios demuestran la falta total y absoluta de personalidad del líder por antonomasia: Adolf Hitler. Un caso extremo de proyección de la personalidad de la masa y sus patologías en una sola persona. Así como Hitler era una especie de encarnación de todas las irracionalidades del pueblo alemán, Zp lo es del apañol. Se entiende que donde unos crean un fürher megalómano, expansionista y cruel nosotros producimos un idiota. ¿De qué nos extrañamos? Es natural que un país pusilánime que se desprecia a sí mismo de lugar a nuestro presi. Llamémosle presi, la palabra completa desborda la propia ambición de Zp.
Insisto, de tal palo tal astilla, y de tal pueblo, tal zetapé. Que nadie me lo niegue, Zp es el común denominador de la personalidad de los apañoles. Se le acusa a Zp de populista, y lo es. Pero no es culpable. Zp es un lujo para analizar las patologías de los españolitos porque las encarna espontáneamente. Este es el don de Zp que se está minusvalorando.
El tipo es un prodigio de la naturaleza, un Zelig metido a líder, una nada en la que se condensan nuestras patologías colectivas. El merengue moldeable, al que las irracionalidades del pueblo apañol dan forma. El pastor como creación de los borregos. El escultor es el pueblo apañol. Zp no es culpable de nada. Zp no es. Como el pueblo apañol es antiespañol, Zp deshace el país. Lo desbaratará hasta que, por fin, el líder más ridículo de la historia por serlo de un país ridículo, sea presidente de La Nada. Que, basta verle, es para lo que ha nacido.
También creo que este portento va a ser, a pesar suyo, el catalizador necesario para convertir a los apañoles en ciudadanos españoles, que ya es hora. Soy optimista.
Conclusión: No hay contradicción entre falta de personalidad y capacidad de liderazgo. Y menos cuando se gobierna sobre un colectivo indolente, el líder patológico también lo será.
Espero haber dibujado un semblante fidedigno de lo que es y no es nuestro presi. Entiendan la dificultad de hablar de un agua que no es agua, de una piedra que no es piedra… o de la personalidad de un despersonalizado. "
NOTA ACLARATORIA para lectores no versados en la cultura cinematográfica:
"Zelig (1983) es una comedia de Woody Allen … tratada como un falso documental.
La historia se desarrolla a finales de la década de 1920 cuando un extraño hombre empieza a llamar la atención pública debido a sus repetidas apariciones en diferentes lugares con diferentes aspectos. Este hombre, Leonard Zelig (Woody Allen), tiene la capacidad sobrenatural de cambiar su apariencia adaptándose al medio en el que se desenvuelve, por lo que es conocido como el hombre camaleón.
La Doctora Fletcher llega a descubrir en Zelig un extremo caso de inseguridad que lleva a éste a camuflarse entre las personas, adaptando su apariencia para poder ser aceptado (cuando se mezcla con personas judías le crecen barbas y caireles, cuando se mezcla con personas negras su piel y hasta su tono de voz cambian ...) ..."
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