Hoy, por cuarta vez, el Partido Popular, a través de su grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados, ha intentado infructuosamente que el pleno de la cámara revoque la autorización que solicitó(y consiguió) el Sr. Rodríguez Zapatero para negociar con la banda criminal nacionalista
El 17 de mayo de 2005, por 192 votos a favor (PSOE, CiU, ERC, PNV, IU-IV, Coalición Canaria y Grupo Mixto) y 147 en contra (PP), el Congreso de los Diputados aprobó una resolución socialista que autorizaba la negociación con la banda. (PINCHA AQUÍ para ver el texto completo).
La redacción era lo suficientemente sibilina como para poder significar lo que al Gobierno socialista le pudiera convenir en cada momento (ausencia de atentados, atentados sin víctimas mortales e, incluso, existencia de asesinatos alevosos).
El 17 de mayo de 2005, por 192 votos a favor (PSOE, CiU, ERC, PNV, IU-IV, Coalición Canaria y Grupo Mixto) y 147 en contra (PP), el Congreso de los Diputados aprobó una resolución socialista que autorizaba la negociación con la banda. (PINCHA AQUÍ para ver el texto completo).
La redacción era lo suficientemente sibilina como para poder significar lo que al Gobierno socialista le pudiera convenir en cada momento (ausencia de atentados, atentados sin víctimas mortales e, incluso, existencia de asesinatos alevosos).
Tan es así que después del atentado de la T-4 (31-12-2006), con dos hispanoamericanos muertos, todo siguió igual, y hoy tras el asesinato a sangre fría de dos guardias civiles desarmados en Capbreton hace 10 días, los socialistas y los nacionalistas de variado cuño y condición se niegan a dejar sin efecto la resolución del pleno del Congreso de los Diputados de 17 de mayo de 2005.
El nudo gordiano de la resolución (contenido en el apartado número 2 de la misma), dice textualmente:
“reafirmamos que, si se producen las condiciones adecuadas para un final dialogado de la violencia, fundamentadas en una clara voluntad para poner fin a la misma y en actitudes inequívocas que puedan conducir a esa convicción, apoyamos procesos de diálogo entre los poderes competentes del Estado y quienes decidan abandonar la violencia, respetando en todo momento el principio democrático irrenunciable de que las cuestiones políticas deben resolverse únicamente a través de los representantes legítimos de la voluntad popular. La violencia no tiene precio político y la democracia española nunca aceptará el chantaje”.
Al principio el Presidente Zapatero nos engañó con los llamados "informes de verificación" que, si algo verificaron, es que la banda criminal nacionalista no tenía ninguna "clara voluntad de poner fin a la violencia": se estaba rearmando, seguía consiguiendo financiación mediante el chantaje, el terrorismo callejero nunca cesó ...
La seriedad de un Gobierno de España y la dignidad de las instituciones democráticas exigen dejar sin efecto la resolución de mayo de 2005; mantenerla es una indignidad y un escarnio, además de motivo de carcajada para todos los que simpaticen en mayor o menor medida con los nacionalistas vascos y su coro infernal de asesinos despiadados.
Fotos: en la de arriba alguien coloca una bandera blanca, como signo de rendición, en una fachada lateral del edificio de abajo (alegoría).
1 comentario:
acuestate
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