Frases que tienen su aquel ...

“El nacionalismo es completamente anti-histórico.

Es una regresión a la forma más primitiva, cavernaria”,

Mario Vargas Llosa (XL Semanal nº 1.479, 28-02-2016)

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sábado, 16 de mayo de 2009

El cachondeo de la Audiencia Nacional y la franquista “justicia internacional”

Algo falla en la parida esa de la “justicia internacional”, cruzada post-franquista, allende los mares, que recaba para España la capacidad de juzgar y condenar a cualquier individuo que haya hecho algo en el universo mundo que no les guste a los zopencos de los jueces progres de la Audiencia Nacional (este engendro debe ser lo único "nacional" que nos queda en España).
¿Ejemplos?: recuerden lo de Pinochet; lo del sargento yankee del carro de combate (que no “tanque”) cuyo disparo causó la muerte de un periodista español; lo de los militares israelíes que realizaron acciones bélicas en Gaza; lo de tres ministros chinos por no-sé-qué en el Tibet; lo de los asesores de Bush que idearon lo de Guantánamo …
… pero cuando un putos piratas somalíes de mierda secuestran a nuestros barcos pesqueros en el océano Índico … a pagar y callar (recuerden lo del Baquio Beach); y cuando nuestra Marina detiene a 7 piratas … la Audiencia Nacional se inhibe y no quiere saber nada del asunto. “¡Manda güebos!” (Trillo dixit).
¿Dónde estará el límite de ZP en sus despropósitos en materia de política internacional?, bueno y en el resto de las políticas.

1 comentario:

Rafael del Barco Carreras dijo...

Solo faltaba la "justicia internacional"... para que los asuntos locales se pasen QUINCE AÑOS para llegar a juicio...

15-05-09 VISTO PARA SENTENCIA EL JUICIO A RAFAEL JIMÉNEZ DE PARGA, ALFREDO SÁENZ ABAD Y OTROS,

Y LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO DE VICTOR SAURA “LA CATALUNYA MES FOSCA”.



Rafael del Barco Carreras



Un día intenso. Me temí que la anunciada variación de conclusiones provisionales del fiscal liquidara el juicio. Lo sucedido el 2008 con Gran Tibidabo (Port Aventura), que los pactos entre la fiscalía y las partes acabaron con lo que soñé un repaso y hasta bendición a mi “Barcelona, 30 años de corrupción”. Pero no, la Fiscalía mantenía la acusación, aunque rebajada de los nueve años iniciales a tres años y medio de cárcel para Rafael Jiménez de Parga, Alfredo Sáenz Abad y Miguel Ángel Calama, y retiraba la acusación a José Ángel Merodio.

Seis horas de fiscal, dos abogados acusadores, y cinco defensores. Terrible. Los dieciséis oyentes se convirtieron en los seis habituales después de oídos los cargos. Extorsión, denuncias falsas y estafa procesal.

Se juzgaba a mis “abogados” y a la “banca” en el “todo vale”. Y la idea de que yo fui la primera víctima del conjunto, que cobrando de Javier de la Rosa, sustituyeron culpables, me martilleó toda la mañana. Si durante el juicio me sentí un espectador, he de confesar que las defensas me alteraron. El argumento de que las falsedades en la denuncia eran simples errores de los que Rafael Jiménez de Parga pedía disculpas, o de que en definitiva los culpables eran los denunciantes porque estafaron al banco, me enervó.

El abogado de Merodio le dio la vuelta al calcetín, el juez Pascual Estevill con su actuación alteró la querella del banco reclamando 639 millones a los ahora acusadores, acabando sobreseída. Perjudicó, pues, al Banco, los acusados ahora. Cortando y pegando a su gusto del libro, Estevill y "El Clan de los Mentirosos" de Félix Martínez, su tono crecía. Pretender quince años después, decía, que tanto Rafael Jiménez de Parga como los banqueros pagaran por los delitos del ex juez, que no reconoció en las declaraciones al presente juicio, y que entonces no solo nadie suponía sino que “todo el mundo” alababa sus actuaciones contra la gran burguesía catalana, acentuaba con exagerado énfasis, era un disparate.

Con excelente oratoria obviaron años de relación del juez y abogado, las oscuras conexiones del propio Banesto y su filial Banco Nogués (dijo el abogado) real procedencia de los créditos renovados año tras año no reconocidos por los ahora acusadores, y mucho menos avalados, y lo peor, docenas de extorsionados que conocí en la cárcel, el “lo sabía toda Barcelona” confesado por el abogado Juan Piqué Vidal (condenado en el juicio del 2004 del que derivaba éste) y sobretodo el fatídico domingo en que o pagaban 50 millones para el bolsillo del juez y supuestamente de Rafael Jiménez de Parga, o no salían de la cárcel.

Cuando a las siete y media de la tarde acudía a la presentación del libro “La Catalunya mes fosca” de Victor Saura aun me hervía la cabeza. Un bálsamo el ambiente de entusiastas y merecidos aplausos al autor y presentador, derivados a las víctimas y a mí en concreto. Paseo de Gracia, Librería Els Jardinets, frente al edificio del Banco Comercial Transatlántico, antes de la Guerra Mundial Alemán Transatlántico, y ahora absorbido por su propietario de siempre el Deustche Bank, donde me iniciara de empleado de banca por los 50. La primera vez que un gran conjunto de desconocidos reprobaba la versión esparcida y condenatoria en que me convirtieron en un réprobo, y con falsedades me encarcelaron y condenaron.