En pleno franquismo ya lo dijo un presidente de entonces del Barcelona F.C.: “el Barça es algo más que un club de fútbol”. Quizás se refería a que los presidentes de los equipos de fútbol habían buscado siempre en el cargo algo así como un gran escaparate para la exhibición de sus vanidades de burguesotes con dinero, muchas veces ganado de forma que causaría sonrojo airear.
Y así sigue la cosa, pero también, de un tiempo a esta parte, y sobre todo en las autonomías nacionalistas, las presidencias futboleras se han convertido, además, en un trampolín para alcanzar metas políticas, asociadas a factores de control social a través de los sentimientos primarios de las hinchada, ahora llamadas, por cierto, “supporters”.
Para los nacionalistas, la sociedad es un todo en el que no caben los ciudadanos, sólo el “pueblo” rebajado a rebaño, que, por cierto, se apacienta de forma cómoda con el “circenses” balompédico.
El Sr. Lapuerta, Juanito, quiere pasar de la presidencia del Barça F.C., en la que concluye irremediablemente su mandato muy en breve, a la presidencia de la Comunidad Autónoma de Cataluña. En clave nacionalista, … y méritos hace todos los que puede, y aprovecha cualquier momento para lanzar mensajes nacionalistas catalanes, sobre todo cuando hay cámaras, y evidentemente, sólo las hay para él, con motivo de citas deportivas del club que preside. O sea (blanco y en botella), ha politizado su gestión al frente del Barça.
Pero también politiza otros momentos, ¿se acuerdan cómo se lo montó hace unos pocos meses con un figurante de Disneyland?.
En la noche del pasado domingo, dio un paso más; tras ganar al Real Madrid se fue a celebrarlo a una discoteca, con el fin de mostrar al público su lado más populachero, y más kitsch: como en las bodas cutres de los nuevos ricos, acabó vaciándose botellas de champán francés por la cabeza, al tiempo que se acercaba insinuante a las bellas jovencitas que movían el esqueleto en la pista de baile.
Juanito Lapuerta (que no “joan laporta”, por mucho que se empeñe el jodío de José Luis Caroz-Robira) dio la talla de político con aspiraciones, es más, de auténtico estadista, en la discoteca; el reportaje fotográfico, ampliamente difundido, así lo acredita.
Nosotros, para que la memoria no nos falle, procuraremos tener siempre cerca las imágenes.
Y así sigue la cosa, pero también, de un tiempo a esta parte, y sobre todo en las autonomías nacionalistas, las presidencias futboleras se han convertido, además, en un trampolín para alcanzar metas políticas, asociadas a factores de control social a través de los sentimientos primarios de las hinchada, ahora llamadas, por cierto, “supporters”.
Para los nacionalistas, la sociedad es un todo en el que no caben los ciudadanos, sólo el “pueblo” rebajado a rebaño, que, por cierto, se apacienta de forma cómoda con el “circenses” balompédico.
El Sr. Lapuerta, Juanito, quiere pasar de la presidencia del Barça F.C., en la que concluye irremediablemente su mandato muy en breve, a la presidencia de la Comunidad Autónoma de Cataluña. En clave nacionalista, … y méritos hace todos los que puede, y aprovecha cualquier momento para lanzar mensajes nacionalistas catalanes, sobre todo cuando hay cámaras, y evidentemente, sólo las hay para él, con motivo de citas deportivas del club que preside. O sea (blanco y en botella), ha politizado su gestión al frente del Barça.
Pero también politiza otros momentos, ¿se acuerdan cómo se lo montó hace unos pocos meses con un figurante de Disneyland?.
En la noche del pasado domingo, dio un paso más; tras ganar al Real Madrid se fue a celebrarlo a una discoteca, con el fin de mostrar al público su lado más populachero, y más kitsch: como en las bodas cutres de los nuevos ricos, acabó vaciándose botellas de champán francés por la cabeza, al tiempo que se acercaba insinuante a las bellas jovencitas que movían el esqueleto en la pista de baile.
Juanito Lapuerta (que no “joan laporta”, por mucho que se empeñe el jodío de José Luis Caroz-Robira) dio la talla de político con aspiraciones, es más, de auténtico estadista, en la discoteca; el reportaje fotográfico, ampliamente difundido, así lo acredita.
Nosotros, para que la memoria no nos falle, procuraremos tener siempre cerca las imágenes.
1 comentario:
¿Pero a quien te crees que le importa tu opinión?
Si le importase a alguien, escribirías cobrando.
¿Juanito Lapuerta? ¿José Luis Caroz-Robira? Eres un mamarracho… Los nombres propios no se traducen (indocumentado)
No sé cuál es tu nombre, pero conozco la traducción… FACHA IGNORANTE
Ahora, si quieres lo borras… lo ha leído quien yo quería. TU
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