Frases que tienen su aquel ...

“El nacionalismo es completamente anti-histórico.

Es una regresión a la forma más primitiva, cavernaria”,

Mario Vargas Llosa (XL Semanal nº 1.479, 28-02-2016)

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sábado, 26 de diciembre de 2015

Como decíamos antes de la votación, el 20-D han sido las "primarias" de las elecciones autonómicas vascas de 2016

Este pasado domingo, antes de que se hubieran abierto los colegios electorales, publicamos en este blog el post nuestro de cada día; principiábamos el comentario con los siguientes párrafos:
Las elecciones generales de hoy conformarán la composición del Congreso de los Diputados; hoy decidimos quienes van a ser los 350 parlamentarios que elegirán dentro de unas semanas al próximo presidente del gobierno de la nación. Algo fundamental para el futuro de España.
Pero también, aunque residualmente, esta votación podrá ser considerada como las “primarias” de las elecciones autonómicas vascas que se deberán celebrar dentro del año 2016.
Pues bien, no debíamos andar muy descaminados porque cuatro días después el profesor Llera, con los resultados electorales muy bien analizados, publicó en El Correo el artículo cuyo titular nos sirve hoy como imagen del día. El profesor Llera concluye lo siguiente:
Esto cambia significativamente el juego político y los equilibrios de cara a las próximas elecciones autonómicas. Euskadi no parece tan diferente”.
Pero no vayamos tan rápido; quien desee leer el artículo completo … se lo hemos copiado seguidamente:
Cuando hace un año advertíamos desde el Euskobarómetro de que las expectativas electorales de Podemos en Euskadi, al igual que estaba pasando en el resto de España, amenazaban la hegemonía del PNV y desgastaban los apoyos electorales de EH Bildu, relegando al PSE-EE a una posición muy secundaria, representantes de estos tres partidos, con la ayuda de sedicentes ‘expertos’, se dedicaron a ‘darle leña al mensajero’ con argumentos pueriles y, cuando menos, muy desinformados (véase la hemeroteca). Lo que entonces eran indicios fundados, aunque sorprendentes, hoy son realidades: Euskadi le ha dado a Podemos el mejor resultado (26%) en toda España. Un partido casi sin estructura ni liderazgo en Euskadi y tras una crisis por el intervencionismo del ‘centralismo democrático’ en la conformación de las listas en contra de la voluntad de la dirección territorial, se encarama en la primera posición (con 316.000 votos y el 26% del voto válido) de la parrilla a la primera de cambio y, sobre todo, por delante del PNV. Esa cota solo la habían superado en las elecciones generales el PNV (1982, 2000, 2004 y 2011) y el PSE (1982, 2004 y 2008). Estamos, por tanto, ante un realineamiento en toda regla que se produce con una movilización moderada (71,4%), aunque superior en cuatro puntos a la de hace cuatro años. Desde 2008 el PSE-EE pierde más de 269.000 votos (un 62% de su electorado) –de ellos, más de 90.000 desde 2011–, a IU le queda un tercio (más de 35.000 votos) de los más de 100.000 que obtenía en el año 2004 y EHB ve mermados sus apoyos de hace cuatro años en otros 100.000 votos, tras perder más de un tercio de su electorado. Por lo tanto, al vaciamiento de IU hay que sumar los votos perdidos por EHB y casi otros tantos de exvotantes socialistas, a los que hay que añadir una parte significativa de nuevos votantes para explicar ese aluvión electoral. Esto es lo que le permite a Podemos ser la primera fuerza en Álava y Gipuzkoa, pisándole los talones al PNV en Bizkaia y con una implantación muy homogénea de sus apoyos provinciales por encima del 25%, lo que le aporta 5 diputados y 5 senadores, además de la hegemonía entre las fuerzas de izquierda.
Responde a la misma movilización reactiva y de protesta iniciada tras el 15 M contra los efectos de la crisis y sus políticas, así como la falta de reacción de los viejos partidos para atajar la corrupción y el descrédito institucional, captando a sectores juveniles e informados, activos en las redes sociales, clases medias urbanas y damnificados por las consecuencias de la crisis. Pero, al mismo tiempo, encuentra un caldo de cultivo en sectores de la izquierda tradicional y hay indicios claros de lo que, salvatis salvandi, viene a ser la resurrección del espacio político que en su día intentó ocupar Euskadiko Ezkerra. Efectivamente, el caladero electoral básico es el de la diáspora del electorado de EE al PSE-EE, IU, HB y al PNV vía EA.
El PNV, con 15.000 votos menos que Podemos (un 24,75% del voto válido) y un retroceso de más de 20.000 votos desde 2011, pierde la primacía electoral, aunque la recupera en escaños (6 diputados y 6 senadores) gracias a la ayuda del sistema electoral y a su primera posición en Bizkaia (3 diputados), siendo el segundo en Gipuzkoa (2 diputados) y el tercero en Álava (1 diputado). EHB, con algo más de 180.000 votos (un 15%) y el retroceso ya señalado, que le sitúa en un nivel de apoyo similar al obtenido por HB en los años 80, se tiene que conformar con la tercera plaza y un par de diputados (por Gipuzkoa y Bizkaia), tras perder 4 diputados y todos sus senadores, así como la primacía guipuzcoana y verse relegado a la tercera posición en esta provincia, a la cuarta en Bizkaia y a la quinta en Álava, por el trasvase de votos a Podemos y el posible abandono abstencionista de los sectores abertzales más duros y críticos. Esto no hace más que constatar el desgaste de sus ambigüedades ante la demanda de disolución de ETA y el escaso atractivo de su bandera independentista. El PSE-EE, con algo más de 160. 000 votos (un 13,2%) y el retroceso más acusado que ningún otro partido, se sitúa en su mínimo absoluto (solo rebajado por el apoyo obtenido en las primeras elecciones autonómicas de 1980) desde 1977, lo que le relega a la cuarta posición con 3 diputados (uno por cada provincia) y que solo es mejorada por el tercer puesto en Bizkaia. Finalmente, el PP, con algo más de 140.000 votos (un 11,6%) y una pérdida de algo menos de 30.000 votos, se retrotrae a sus resultados de los años 80, lo que le sitúa en la quinta posición con 2 diputados por Álava (donde añade un senador) y Bizkaia y le hace perder el primer puesto alavés obtenido hace cuatro años. Las pérdidas del PP y la práctica desaparición de UPyD no le son suficientes a C’s para hacerse un hueco en Euskadi y, aunque se sitúa en sexta posición (con un 4% de los votos), sus algo menos de 50.000 no le permiten obtener representación, pasándole factura su falta estructura y, muy probablemente, su abierto rechazo al Concierto Económico.
Esto cambia los equilibrios del sistema partidista: el autonomismo obtiene el mayor número de votos desde 1977 (con más de 700.000 votos y un 58%), pero compartido por tres partidos de izquierda (Podemos, PSE-EE e IU) y dos de centro-derecha (PP y C’s) con la hegemonía de Podemos; el nacionalismo se sitúa por debajo del medio millón de votos (un 39,8%) con solo dos partidos a derecha (PNV) e izquierda (EHB), pero con la hegemonía del primero; Podemos es hegemónico, también, en la izquierda con otro récord de casi 700.000 votos (un 57,4%) y 4 partidos; en tanto en el centro derecha a tres, con algo más de 440.000 votos (un 36,4%), el predominio lo vuelve a tener el PNV. Esto cambia significativamente el juego político y los equilibrios de cara a las próximas elecciones autonómicas. Euskadi no parece tan diferente.

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