Madina
es un tipo sucio; se hizo rico con la mayor indemnización que ha cobrado (por
cierto, del Estado) una víctima de la banda criminal nacionalista vasca,
gracias a una decisión muy cuestionable de un juez (¿de quien?, ¡ah…!); sin
embargo su actitud ha sido siempre muy equidistante, incluso muchas veces se ha
posicionado más cerca de los amigos de los criminales que del Partido Popular vasco,
con el que no tiene ninguna empatía a pesar de haber compartido las penurias de
ser objetivo de la puta Eta.
Madina
va también de inteleztual, es el más
listo de “tós”, porque tiene cuatro lecturas mal digeridas … pero, ejke, los demás de los suyos, ¡ni eso!.
Y
además, Madina es un tipo maleducado y prepotente; se creyó un semidios y se
enfrentó a Pedro Sánchez, pero perdió, y no tuvo la humildad, la decencia y el compañerismo
de felicitar al vencedor.
Es
tan antipático y tan dictadorzuelo que no tiene amigos en ningún lugar del
partido, ni siquiera le han admitido en Vizcaya, ni el País Vasco como
candidato para el 20-D. Solución: arrastrarse ante Pedro Sánchez y pedirle que
le lleve de candidato por Madrid … y Sánchez (con mejor talante pero con grave
error) aceptó y le lleva de 7 por Madrid, por cierto, según las últimas encuestas
¡no sale!.
¡Y
no debería salir!, no tanto por su estulticia y prepotencia, propias de un mierdilla
de ná, sino, entre otras muchas cosas, todas
en la misma línea, por sus declaraciones de este jueves, pidiendo la
liberación del etarra Arnaldo Otegui, que está en la cárcel cumpliendo una
sentencia firme relacionada con su militancia en la banda criminal nacionalista vasca ETA. ¡Pues ya ven!, Madina apoyando a un etarra y poniendo en cuestión el
estado de derecho y la independencia de los tribunales.
¡Y Sánchez se merece la pérdida de votos que le suponga la indecencia de
Eduardín Madina!.
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