La
política es terreno abonado para el despropósito; el sábado jugaron la
tradicional pachanguita navideña las selecciones regionales de Vascongadas y de
Cataluña, lo hicieron en Barcelona, y asistieron los respectivos mandatarios
regionales, acompañados de sus respectivas “parientas”, la de Mas, apellidada
Rakosnik, y de la Ignacio, o Iñaqui, o Iñigo (¡a saber!), cuyo apellido
desconocemos, pero a la que se conoce como “la otra aldeanita”.
Con
la excusa del choque (¿?) los citados mandatarios comieron juntos, bebieron lo
conveniente, charlaron un rato, posaron para la prensa gráfica (arriba les
ponemos la foto del acaramelado momento) y lanzaron dos comunicados de prensa
(cada uno el suyo), pero, eso sí, idénticos, y se conjuraron para “compartir información e iniciativa política,
en la medida de lo posible, ante el nuevo panorama político español”.
Llaman
la atención lo de “en la medida de lo posible” y lo de “español” (es un lapsus
que ha podido suponer el despido del redactor, ¡ené!, poner “español” en lugar
de “estatal”, qué fallo, qué error, qué incompetencia, qué calamidad …).
Pero lo que nos deja épatés es
que nadie serio (¿Urcuyo no lo es?) pueda acordar nada con un cadáver político
que puede tener las horas contadas, y, en todo caso, no es nadie para ofrecer
nada, porque otros le tendrían que dar previamente el visto bueno.
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