Las imágenes que nos llegan de las múltiples guerras que actualmente se desarrollan en el planeta tierra son escasas, parece que sólo existen las que tienen como participantes a los Estados Unidos o a Israel. Aquí en España, por ejemplo, nadie repara en que tenemos a varios miles de soldados "desplegados por el mundo en misión de paz" (jé).
La falacia es tremenda; sólo en Oriente Medio hay simultáneamente varios conflictos armados, por usar una expresión al uso o, si se prefiere, hablando en roman paladín, varias guerras yuxtapuestas, y las más cruentas y despiadadas son las tiene lugar entre facciones palestinas (Al-Fathá y Hamás), o la última, entre el Ejército regular Libanés y el grupo radical Fatah al-Islam, atrincherado desde el 20-V-07 en el campo de refugiados de Nahar al-Bayed (¿cuantos muertos ha habido?); pero, en fin, de esto hablaremos otro día.
Hoy nos ocupa el tributo de sufrimiento que la sociedad norteamericana esta regalando generosamente al mundo libre: es preciso recordar que son sus jóvenes soldados los que pierden la vida o quedan mutilados en la labor de contención de los criminales terroristas en sus propias guaridas.
Sin embargo, el combate más duro al que se enfrentan los veinteañeros que han perdido brazos y piernas es adaptarse a una forma de vida que les permita ser personas y vivir, sin renunciar a la felicidad, los próximos cincuenta años de sus ya mermadas existencias ...
En la foto un soldado norteamericano se recupera de graves mutilaciones; realiza prácticas en el gimnasio con las prótesis que sustituyen a las piernas. En nuestro post de 30 de julio hay una foto similar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario