Hoy leemos en la prensa una noticia que tiene algún interés: al responsable (dejamos lo de "presunto" a quienes se la cogen con papel de fumar) del txoriceo nacionalista en el Hospital de Cruces (en Baracaldo, Vizcaya), le podrían despedir no por haber robado a espuertas, sino por no tener solicitada y concedida la compatibilidad de actividades privadas en su condición de empleado público.
No sabemos si está será una vía efectiva para deshacerse de un chorizo nacionalista, porque (nos tememos) el muy chorizo podría alegar que la administración sanitaria (evidentemente, la anterior, la que dirigía su íntimo amigo y Consejero del ramo, el Sr. Inclán) sabía perfectamente cual era su situación administrativa y, no es que la tolerara, la admitía sin problemas, incluso la potenciaba. Y como, al margen de los cambios políticos, la Administración es única. digamos que se sucede a sí misma, y es responsable de sus propios actos ... a lo mejor, digo a lo peor, no prospera un sanción por una infracción o prescrita, o tolerada o, incluso, inexistente.
Pero, en todo caso, sancionar al chorizo por este motivo nos recuerda lo de Al Capone: no fue condenado por sus innumerables crímenes y asesinatos ... sino por un problema con el Fisco, en Osaquidecha sería por problemas con la legislación sobre incompatiblidades. ¡Manda güevos! con Al Capone y ... ¡manda güevos! con el chorizo nacionalista del Hospital de Cruces.
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