López y Ares están marcando muy adecuadamente los pasos a los municipios vascos

Hasta hace unos pocos meses las reglas en la política vasca (esa especie de juego de naipes, con las cartas marcadas), las ponía el PNV, apoyado en sus coyunturales “chuparruedas”, el más lamentable de todos uno que iba de comunista pro Fidel Castro, un cantamañanas apellidado Madrazo Lavín (su hermana Julita sigue igual en el Ayuntamiento de Bilbao), pero la caída del régimen, que se estaba manteniendo en los últimos diez años gracias al miedo, a las subvenciones y al inmenso gasto propagandístico del Ivarreche, ha propiciado y ha precipitado una metamorfosis que se empieza a apreciar a simple vista; aunque por pudor y por miedo al ridículo unos, y por no “meter el dedo en el ojo” otros, aun no hayamos llegado a la fase de la explotación del éxito de López y Ares, ¡que todo se andará!, porque supondrá distanciar enormemente al PSE-PSOE-EE de todos sus contrincantes electorales: del PNV (que se convertirá en único referente nacionalista, ya que fagocitará a casi todos los demás, incluida la IU de los hermanos Madrazo) y, sobre todo, del PP (con quien comparte un sector notable de ciudadanos que tanto les da uno como otro, siempre que se mantengan en la fidelidad constitucional).
Y es que el PNV no sabe cómo borrar, y cómo superar, los últimos 10 años del talibanismo ivarrechista, que empezó con un bienio negro y ha concluido con un desastre electoral del que fue un anticipo notable la debacle de las últimas elecciones generales, que dejaron al PNV sin grupo parlamentario en el Senado (recuperado por el “préstamo” de seis senadores del PSOE).
Uno de los más notables éxitos socialistas en esta materia ha sido el acuerdo de la semana pasada firmado por Rodolfo Ares y el presidente de la Asociación de Municipios vascos (EUDEL) "para retirar de las calles pintadas y carteles que enaltezcan el terrorismo".
Una de las cosas que más hiere la sensibilidad de las gentes de bien (que las hay en todos los partidos excepto en los de la izquierda radical averlache) es la glorificación permanente de criminales nacionalistas vascos (o si lo prefieren, de etarras) en las calles de los pueblos de Vascongadas: pancartas y fotos, sobre todo en las fiestas locales, monolitos, murales y pintadas, dedicatoria de calles y plazas …. Y a la tarea de eliminar estos actos de apoyo a los criminales, de evitar la apología del terrorismo y de combatir el desprecio a las víctimas, se puso Rodolfo Ares al frente de la nueva Consejería de Interior; su gesto decidido y la claridad en las ideas hicieron que, de la misma, los alcaldes peneuvistas se molestaran porque, decían, “ell-llos (pronúnciese con “elle” doble) también hasían”.
Todos sabemos que mucho no “hasían” y que, además daban una cal y otra de arena, y también que son los responsables de que en muchos pueblos vascos las calles principales tengan aún nombres de etarras …
Al final el PNV se ha rendido a la evidencia y, por otro lado, aspiran a coger réditos de la campaña propiciada por Ares y su equipo, así que a través de EUDEL han pasado por el aro …de la firma de un convenio con la Consejeria de Interior para, insitimos, “para retirar de las calles pintadas y carteles que enaltezcan el terrorismo”.
Por cierto, a quienes aspiran a hozar y quedarse con la pocilga de los votos de Eta-Batasuna, el acuerdo el convenio no les ha gustado nada:

"Retirada de fotos y pintadas de apoyo a eta
Aralar califica de "arbitrario" el acuerdo firmado entre el Gobierno vasco y Eudel sobre la retirada de pintadas
La formación considera el convenio una "huida hacia adelante con una gran falta de concreción porque no fija dónde está el límite".