Es la otra cara de la guerra en Irak, uno más de los casi 4.000 jóvenes norteamericanos que han perdido la vida en defensa de la libertad y del modelo de vida occidental, es conducido en su féretro por la Guardia de Honor hasta el nicho en el que descansará eternamente.
Los que hacen del antiamericanismo el único elemento de exhibición de posiciones "de izquierda", "progresistas", "antiimperialistas" o similares (tan huérfanos, por otra parte, de contenidos de rigor), prefieren mirar hacia otro lado cuando estas escasas imágenes se asoman, de vez en cuando, a las páginas de los periódicos o a los noticiarios de televisión; serían incapaces de aguantar las miradas de madres, esposas e hijos de estos luchadores por la libertad caídos en combate.
El Cementario Nacional de Arlington se esta quedando pequeño, por cierto, sería interesante saber cuántos españoles reposan allí para siempre.
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