Frases que tienen su aquel ...

“El nacionalismo es completamente anti-histórico.

Es una regresión a la forma más primitiva, cavernaria”,

Mario Vargas Llosa (XL Semanal nº 1.479, 28-02-2016)

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miércoles, 24 de octubre de 2007

Las cajas de ahorros de las tres provincias vascas ... en el ojo del huracán

La voracidad nacionalista lleva décadas detrás de hacerse con el control total de las cajas de ahorros de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, pero siempre se les ha resistido la de Álava, y siempre ha habido enormes reticencias de los partidos no-nacionalistas, porque, ¡hablemos claro!, detrás del proyecto de unificación de las cajas de ahorros vascas siempre ha estado la idea de crear un gran banco (o pseudo-banco) público al servicio de los intereses del gobierno nacionalista de Vitoria.
A los seguidores del aranismo la ocasión se les pintaba parda desde las últimas elecciones municipales, porque desde hacía muchísimos años no presidían simultáneamente las tres Diputaciones, cosa que ahora ha sido posible gracias a la torpeza de PP y PSE; y no podían perder la ocasión de consumar uno de los proyectos que consideran imprescindibles para “hacer país” (independiente, claro).
Sin embargo, el empecinamiento de Ibarreche con su viejo plan (ahora en un estuche remozado) ha provocado el rechazo de los socialistas vascos a la unificación de las cajas (y recuerde el lector que la de Álava la preside un socialista, un Rojo, un “rojo” de apellido y no sé si de más … hermano del Rojo que preside el Senado).
A todo lo que antecede, por ya sabido, no le vamos a dar mas vueltas; la novedad ha estado en que la Comisión Nacional de la Competencia ha multado a las cajas vascas, y a la C.A.N, con 24 millones de euros (¡una pasta!), por actuar en contra de la competencia, repartirse el mercado y coordinar sus estrategias de forma “ilícita” frente a otras entidades, constituyendo un auténtico “cártel” que, esperemos sólo se parezca al de Medellín en la definición académica del concepto.
En definitiva, la Comisión Nacional de la Competencia ha constatado que las tres cajas vascas, y la C.A.N., operaban en la práctica como una sola, anticipando a efectos económicos, pero no políticos, el resultado de la fusión y, como la parte económica ya estaba conseguida, la obsesión nacionalista estaba, sigue estando (y no dejará de estarlo hasta que lo consigan) en la unificación jurídica, como elemento determinante para su utilización política en el desafío segregacionista del gobierno de Vitoria.
Pies de las fotos. Arriba: los presidentes de las tres cajas provinciales vascas, separados y cada uno por su lado ... una metáfora real como la vida misma. Abajo: el único banco público que, de momento, verá Juanjo Ibarreche (seguro que hay alguno parecido en el paseo junto a la casa en que vive, creo que la llaman "ajuria enea").

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