Hoy, dicen, el Museo Guggenheim de Bilbao recibe a su visitante nº 10.000.000, diez millones.
“El turista un millón, novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve …” el titular recoge el estribillo de una canción muy popular en el verano de no se sabe qué año, porque, recordará el lector más informado, hace lustros, cuando España comenzaba a ser un destino turístico adecuado para opositar a paciente con cáncer de piel, o al menos, a quemársela a la primera de cambio, el Ministro del ramo (¿pudo ser don Manuel?) propició aquellas campañas publicitarias subliminales que consistían en el comienzo del Telediario con unos reporteros captando la imagen de una bella y maciza nórdica (¡siempre era una rubia despampananteibol!), al descender del avión como turista equis millón.
Ahora se ha hecho cargo de la patente el Museo Guggenheim de Bilbao, que casi todos los años recibe a su visitante “un millón”; este año, además, el Museo ha cumplido hace unos días 10 años y hoy, si las previsiones no fallan, entre las 11.00 y las 12.00 de la mañana se espera el visitante nº 10 millones, que, suponemos, será adecuadamente escogido por el comité previsto “ad hoc”, según el perfil previamente establecido, que no es probable que sea: mujer, rubia, joven, nórdica, atractiva, moderna, 90-60-90 …
Pero mientras tanto, en el interior del museo sigue abierta al público la exposición fotográfica que las víctimas del terrorismo consideran ofensiva (recuerden que incluso uno de los “artistas” quería exhibir una radiografía hecha a la cabeza de Miguel Ángel Blanco en la que se aprecian las dos balas que acabaron con su vida).
“El turista un millón, novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve …” el titular recoge el estribillo de una canción muy popular en el verano de no se sabe qué año, porque, recordará el lector más informado, hace lustros, cuando España comenzaba a ser un destino turístico adecuado para opositar a paciente con cáncer de piel, o al menos, a quemársela a la primera de cambio, el Ministro del ramo (¿pudo ser don Manuel?) propició aquellas campañas publicitarias subliminales que consistían en el comienzo del Telediario con unos reporteros captando la imagen de una bella y maciza nórdica (¡siempre era una rubia despampananteibol!), al descender del avión como turista equis millón.
Ahora se ha hecho cargo de la patente el Museo Guggenheim de Bilbao, que casi todos los años recibe a su visitante “un millón”; este año, además, el Museo ha cumplido hace unos días 10 años y hoy, si las previsiones no fallan, entre las 11.00 y las 12.00 de la mañana se espera el visitante nº 10 millones, que, suponemos, será adecuadamente escogido por el comité previsto “ad hoc”, según el perfil previamente establecido, que no es probable que sea: mujer, rubia, joven, nórdica, atractiva, moderna, 90-60-90 …
Pero mientras tanto, en el interior del museo sigue abierta al público la exposición fotográfica que las víctimas del terrorismo consideran ofensiva (recuerden que incluso uno de los “artistas” quería exhibir una radiografía hecha a la cabeza de Miguel Ángel Blanco en la que se aprecian las dos balas que acabaron con su vida).
1 comentario:
Amigo Bilbaino, sólo me queda añadir a tu post
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