Juanjo Ibarreche es el rey de la impostura y de la manipulación, así que no llama a su nuevo juguete como aparece en el titular ... para él el "banco público basko" es simplemente el "Instituto Vasco de Finanzas", al menos de momento.
Lo ha sacado por sorpresa, pero no de la chistera; lo ha hecho sin consultar a nadie, ni siquiera a la dirección de su partido y nos hemos enterado los paganos porque lo mete de rondón en el proyecto de presupuestos de la C.A. para el año 2008; pero la verdad es que se trata de un viejo proyecto nacionalista, aparcado durante años, y resucitado por la vía de meterlo en el programa de gobierno del tripartito; alguien dirá ¿como lo ha aceptado la I.U. de la famiglia Madrazo? (nos referimos a Javichu y Julita, no a la familia de los pintores y retratistas españolas del XIX), muy sencillo, todo lo que sea intervencionismo y expansión del sector público les parece bien a estos comunistas irredentos de pacotilla ... además, igual "pillan cacho" ...
Parece que esta nueva humorada de Ibarreche entorpecerá las negociaciones del tripartito con el PSE. El PP tampoco admitirá la broma.
Lo más llamativo en estos momentos (y la noticia tiene ya una semana de vida) es que ningún sector de la sociedad vasca se ha manifestado en contra de IVF: patronal, sindicatos, asociaciones empresariales o profesionales, catedráticos, analistas, con honradas excepciones.
Nadie ha señalado el colapso que puede provocar el IVF en el sistema financiero local y regional si, como parece, el nuevo ente va a recibir un trato de privilegio, haciéndose con el control de todos los flujos económicos en los que son parte las administraciones públicas de la autonomía, incluida la local (dónde están los ayuntamientos y las diputaciones forales).
Seguramente (no disponemos de datos "afinados") el peso específico del sector público en la economía regional supera el 60%, ¿qué puede suponer detraer del mercado tan ingente cantidad de recursos?.
En el aspecto político es preciso decir que estas medidas, antiliberales, suponen un fuerte paso adelante en la implantación de un sistema totalitario ... el nacionalismo tiene como objetivo un estado totalitario en el que el gobierno lo controle absolutamente todo, y no debe de servirnos de consuelo el pensar que, de momento, esta pretensión se queda en el ámbito regional.
Lo ha sacado por sorpresa, pero no de la chistera; lo ha hecho sin consultar a nadie, ni siquiera a la dirección de su partido y nos hemos enterado los paganos porque lo mete de rondón en el proyecto de presupuestos de la C.A. para el año 2008; pero la verdad es que se trata de un viejo proyecto nacionalista, aparcado durante años, y resucitado por la vía de meterlo en el programa de gobierno del tripartito; alguien dirá ¿como lo ha aceptado la I.U. de la famiglia Madrazo? (nos referimos a Javichu y Julita, no a la familia de los pintores y retratistas españolas del XIX), muy sencillo, todo lo que sea intervencionismo y expansión del sector público les parece bien a estos comunistas irredentos de pacotilla ... además, igual "pillan cacho" ...
Parece que esta nueva humorada de Ibarreche entorpecerá las negociaciones del tripartito con el PSE. El PP tampoco admitirá la broma.
Lo más llamativo en estos momentos (y la noticia tiene ya una semana de vida) es que ningún sector de la sociedad vasca se ha manifestado en contra de IVF: patronal, sindicatos, asociaciones empresariales o profesionales, catedráticos, analistas, con honradas excepciones.
Nadie ha señalado el colapso que puede provocar el IVF en el sistema financiero local y regional si, como parece, el nuevo ente va a recibir un trato de privilegio, haciéndose con el control de todos los flujos económicos en los que son parte las administraciones públicas de la autonomía, incluida la local (dónde están los ayuntamientos y las diputaciones forales).
Seguramente (no disponemos de datos "afinados") el peso específico del sector público en la economía regional supera el 60%, ¿qué puede suponer detraer del mercado tan ingente cantidad de recursos?.
En el aspecto político es preciso decir que estas medidas, antiliberales, suponen un fuerte paso adelante en la implantación de un sistema totalitario ... el nacionalismo tiene como objetivo un estado totalitario en el que el gobierno lo controle absolutamente todo, y no debe de servirnos de consuelo el pensar que, de momento, esta pretensión se queda en el ámbito regional.
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